Tres claves para enganchar a los equipos / Por Guillermo Scharfhausen

Todos los que estamos en el mundo de los Recursos Humanos nos enfrentamos al reto de gestionar la motivación de los colaboradores como algo objetivo, accionable, material que nos permite orientar la actitud que muestran a la hora de realizar las actividades y conseguir un extra sobre los objetivos definidos.
Y, lo cierto es que se trata de un proceso que activa, orienta, dinamiza y mantiene el comportamiento diario de un trabajador. El éxito de toda empresa pasa por lograr que sus empleados sientan que los objetivos de ésta se alinean con sus objetivos personales y profesionales, que satisfacen sus necesidades y cumplen sus expectativas. Sin embargo, es importante señalar que el concepto de motivación varía de acuerdo a la persona y a factores sociales y culturales. Aun así, existen prácticas comunes que se pueden aplicar una vez conoces por un lado a tus empleados y por otro, la cultura de tu compañía.
No existe empresa que no necesite personas para funcionar. Y para funcionar, las personas necesitan tener algún tipo de motivación. Por ello, es en la motivación del empleado donde la empresa encuentra la clave del éxito. Cuando una persona se desmotiva, pierde el entusiasmo, su rendimiento empieza a bajar y la calidad del trabajo que realiza se ve negativamente afectada, pudiendo derivar en problemas de ineficiencia, falta de atención y de resultados, influyendo directamente en los beneficios económicos.
Incluso en la nueva economía, la filosofía que acompaña a las nuevas generaciones, la transformación digital y la continua búsqueda de la competitividad empresarial, los profesionales de recursos humanos seguimos trabajando en diseñar estilos de liderazgo y prácticas de alta eficiencia que se ajusten a una realidad que está en continuo cambio.
Después de un largo periodo de mi carrera profesional dedicado a la gestión de personas, puedo afirmar que la motivación en el entorno laboral gira alrededor de tres factores fundamentales, que responden a tres necesidades básicas intrínsecas de la persona, que a la vez están relacionadas con la gestión de la compañía. Estos factores son la ambición, las relaciones personales y los valores.
Todo profesional tiene algún tipo de ambición, de aspiración personal y profesional que le mueve a aportar en su entorno profesional lo mejor de sí mismo siempre que ese esfuerzo vaya en sintonía con esa aspiración. Del tipo que sea. Encontrando esa tecla que sintonice lo que ofrece la empresa y la aspiración del profesional, garantizaremos una aportación cualitativa y cuantitativamente diferencial de cada colaborador.
Si sobre ese ingrediente le añadimos un entorno de relaciones personales enriquecedor, constructivo y positivo, esa contribución se cataliza. Empezando necesaria e imperiosamente en la relación jefe-colaborador. Cada punto de positividad en el mundo de las relaciones personales, multiplica exponencialmente la calidad de las contribuciones de nuestros profesionales.
Por último y no menos importante es el grado de alineamiento de los valores que tiene la Compañía y los de cada uno de los profesionales. A mayor grado de alineamiento, mayor será el sentimiento de pertenencia al proyecto y mayor motivación a la hora de afrontar los retos mejorando significativamente la contribución de los profesionales de una empresa.
En Vodafone, estamos llevando a cabo acciones concretas para responder de la mejor manera posible a esas necesidades. Y me gustaría hablaros de alguna de ellas, con la intención de que sirvan de motivación y foro de discusión, para seguir mejorando en nuestra práctica como responsables directos del bienestar de nuestros empleados.
En el área de Tecnología de Vodafone estamos desarrollando lo que denominamos Plan Cultural basado en los valores que consideramos más significativos del área y que deben caracterizar a los profesionales que estén colaborando en ella, siempre alineados y complementarios con los valores generales de la Compañía. Entre los que se encuentran la responsabilidad, el optimismo, la búsqueda de la excelencia, la consistencia y la innovación. Esto nos permitirá a todos los profesionales del área alinear nuestros esfuerzos con estos valores y saber que cuanto mayor sea nuestra coincidencia con esos valores, mayores serán los éxitos y, sobre todo, la calidad de nuestros resultados.
Este Plan Cultural surge, en gran medida, como resultado de interpretar en detalle los resultados de nuestra Encuesta de Clima (People Survey) y de trabajar con los managers en traducir esos resultados en términos de iniciativas concretas que ayuden a todos los que formamos parte de Tecnología para conseguir un entorno profesional más constructivo y colaborativo para dar lo mejor de cada uno de nosotros.
Con esto definido, trabajaremos en los próximos dos años en traducir esos valores en evidencias concretas en nuestras actividades y responsabilidades de cada día que nos permita objetivarlos y ponerlos en valor. Lo que estamos convencidos que permitirá aumentar el orgullo de pertenencia y maximizar la aportación de todos los profesionales del área. O cuando menos, hacerlo de una forma más positiva para todos.
Una vez conocemos la clave que mantiene motivados a nuestros empleados, lo que marca la diferencia no son las medidas que llevamos a cabo, sino cómo tratamos a las personas con las que trabajamos. Todos conocemos de sobra qué motiva a las personas, pero cómo hacemos las cosas es lo que nos llevará a tener éxito.
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